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*Alfredo Piña Ramos, 65 años retratando a Chihuahua *Trabajó en: Norte, El Heraldo y Novedades *Fotógrafo sin suerte, no es fotógrafo *Retrató a 14 gobernadores, de Foglio a Duarte

Nota de Redacción:

Por: Redaccion 06 Enero 2018 08:23

 El mejor de los grandes fotógrafos y reporteros gráficos de Chihuahua y además un gran filósofo empírico, Alfredo Piña Ramos, nos dejó este viernes 05 de enero de 2018 para adelantarse en el camino a la vida eterna. Mi amigo Alfredo, el gran maestro de la lente, compañero de muchas batallas, incansable comunicador y un gran ser humano, estará ahora tomando sus extraordinarias fotografías a Dios Nuestro Señor en el cielo acompañado de otros grandes de la cámara, desde las redacciones de tiempo.com.mx ypuentelibre.mx, les mandamos nuestro sincero pésame y un abrazo a su apreciable familia y cómo un sencillo pero sincero homenaje repetimos una entrevista publicada los días 29 y 30 de junio de 2013 cuando todavía laboraba en el Congreso del Estado.

 DESCANSE EN PAZ, Alfredo Piña Ramos.

La Entrevista:

¿Qué pasó mano?... -¡vengo a entrevistarlo!- le dije; iniciando así la conversación con el decano de los fotógrafos de Chihuahua, el señor Alfredo Piña Ramos quien me saludó como acostumbra desde siempre y quien a sus 81 años lleva 65 retratando la historia de Chihuahua de manera ininterrumpida.

Amigo de políticos, empresarios, periodistas y de todos, este artista de la lente dijo inicialmente que no tenía porque ser 'reporteado', y le hice saber el interés de tiempo.com.mx ypuentelibre.mx, por conocer parte de su vida, de los destellos de su tránsito por Chihuahua, de su larga experiencia y su gran trayectoria y finalmente accedió.

Instalados en la cafetería del último piso de la Torre Legislativa, donde antes fue una discoteca denominada “El Penthousse” de "El Hotel El Presidente", el maestro vestía camisa color pistache, pantalón verde con cinto y zapatos cafés, sus inseparables anteojos y su cámara lista para utilizarla en el momento preciso y oportuno, “como debe ser un fotógrafo”, comentó.

No creo ser el mejor fotógrafo, aclaró, pero sí, un buen reportero gráfico debe saber las técnicas, dominar la cámara y ubicarse en el lugar adecuado, aunque hay algo muy cierto, ‘fotógrafo sin suerte no es fotógrafo’, hay que tener la cámara lista para aprovechar esa oportunidad que se presenta de forma inesperada, afirmó.

Yo trabajé primero por mi cuenta de ‘aprieta cámaras’ desde los 16 años, unos años después empecé para el periódico Norte, sin estar contratado, me pagaban con material y según lo que hacía, Don Luis Fuentes Saucedo y su hijo Luis Fuentes Molinar, me encargaban trabajos, pero no estaba amarrado todavía, no entraba como esclavo a ningún periódico, hasta que en 1963 ingresé a El Heraldo de Chihuahua donde he durado la mayor cantidad de años, comentó.

Luego se vino la huelga de 1982 y nos liquidaron a todos los sindicalizados, ‘tú ya estabas ahí, y agregó “nos tocó que Don Carlos Figueroa Sandoval nos corriera, aunque luego de que acabaron con el sindicato, ofrecieron la recontratación a varios, pero teníamos que devolver el cheque, yo me lo quedé jajajaja, señaló divertido.

A Novedades de Chihuahua me llevó mi amigo Luis Fuentes Molinar, donde estuve varios años, pero el periódico en que más fotografías he publicado y donde he durado más tiempo continuo, es en El Heraldo, ya que el actual director Javier Contreras, me invitó a trabajar por varios años más, después de los primeros 19 en que estuve, creo que desde 1994 hasta finales de 2004.

Me tocó retratar para El Norte, al ingeniero Fernando Foglio Miramontes y al sucesor Óscar Soto Máynez, de quien tengo muchos recuerdos, yo en verdad lo llegué a estimar, creo que fue un buen hombre, el fundó la Universidad Autónoma de Chihuahua, de ahí seguí por varios trabajos, hasta que llegué finalmente al Congreso, ‘ya retraté a César Duarte, son como 14 los gobernadores que llevo.

Del gobernador Fernando Foglio Miramontes que duró de 1946-1950, recuerdo poco, que hizo la Ciudad Deportiva, en ese período de la política chihuahuense los jefes del Ejecutivo duraban únicamente cuatro años, hasta Óscar Soto Máynez, en que se modificó a seis años, la obra del ingeniero la plasmé en fotos aéreas.

Hace aproximadamente un mes falleció en Ciudad Juárez Héctor Oaxaca, el fotógrafo con más tiempo en activo y quien contaba con 87 años de edad, Alfredo Piña hasta el día de la entrevista lo consideraba el decano de la lente, pero ahora… “creo que yo soy el mayor que queda de esa camada”, comentó lamentando el deceso de su amigo.

Con mente lúcida a sus 81 años, el maestro Piña Ramos se arrepintió de no haber guardado archivo fotográfico de sus más de 65 años, “no pensaba llegar a vivir tantos años”, aclaró y sonrió, “pero no pienso que exista algún fotógrafo de la época que si haya guardado sus rollos, ni siquiera Jolly Bustos que en paz descanse, tal vez quien pudo guardar algo de mi archivo es Andrés Páez Chavira, cuando se quedó con el laboratorio de Norte, advirtió.

Testigo de los principales acontecimientos sucedidos en Chihuahua en más de seis décadas consideró como un mito de los panistas aquel ‘verano caliente de 1986’, “pienso que hicieron la faramalla para que después les dieran el triunfo en 1992, jugaron bien su papel, de resistencia civil y todo eso, pero el licenciado Baeza lo ganó a la buena, afirmó.

Alfredo Piña ha acompañado a todos o a casi todos los reporteros a realizar entrevistas con todo tipo de funcionarios, el siempre tenía la comisión de llevar la foto de primera plana, con directores de casi todos los medios acudió en varias ocasiones a la Sierra Tarahumara a realizar reportajes.

En mis andanzas con los periodistas de la vieja guardia, llegué incluso a resentir la altura en el Pilar de Moris, “donde sucedió que escuchamos el latido de nuestros propios corazones, en un silencio casi absoluto de la alta Sierra Tarahumara.

Ese día subíamos uno de los cerros que integran esa maravilla natural, y como el Jeep que nos llevó no aguantó la pendiente hasta la cima, donde hay una superficie arbolada muy bonita, pues emprendimos cuesta arriba a píe y ya estábamos a punto de rajarnos cuando el guía como sin nada, sin cansarse nos animó continuar.

En la década de los 90’s un médico oncólogo le detectó un linfoma canceroso del tamaño de un melón grande en su estómago, “ya fastidiado de las intensas sesiones de quimioterapia, ya que era inoperable, pensé en salir por la puerta falsa, creí que era mejor acabar con el sufrimiento”, expresó con dolor, “pero qué bueno que no lo hice”.

Entre los periodistas que recordó se encuentran: Don Guillermo Asúnsolo Martínez, Luis Fuentes Molinar, Óscar W., Ching Vega, Humberto Martínez Vargas, Roberto Gavaldón, Octavio Sandoval Urquidi, Fidel Cruz Solís, Luis Domínguez, Juan De la Torre, Eugenio Sotelo, Pepe Portillo Solís, Andrés y Octavio Páez, Alejandro Irigoyen y Octavio Lamelas Hevia del Puerto.

También Salvador Medina, Consuelo Asúnsolo e Isabel Gutiérrez, Martha Margarita Rojano, Ángel Torres Pereyra, con quien fui a Madera en 1965 y no con Tavo Sandoval como se manejó en algún medio, Joaquín González, Oscar Ruiz, Raúl Urquidi, Felipe Fierro, Javier Contreras, Chela Ortiz, Raúl Lechuga, y muchos más, a una gran mayoría ya los enterré.

Tú y yo cubrimos la guardia en El Heraldo en 1997-98, pero sería interminable hablar de todos, simplemente no me alcanza la memoria para acordarme de ellos, creo que puedo llenar todo tu espacio con los compañeros que ya fallecieron y los que aún viven y que no quiero llegar a omitir a alguno.

Como un periodista acostumbrado a reportear a miles de personas, empezó su entrevista como siempre, “mi nombre es Alfredo Piña Ramos, soy originario de Ojinaga, Chih., tengo 81 años de edad, y estoy casado desde 1957, tengo 56 años de casado, de amarrado.

Soy padre de cinco hijos, tres mujeres y dos hombres, todos profesionistas y ningún fotógrafo, porque no quería que batallaran; no me gustó que siguieran haciendo lo mismo que yo, tal vez iban a sufrirla mucho, aunque yo en realidad si fue afortunado, pero vi que otros no.

Como reportero gráfico ya contratado inicié el 17 de junio de 1963 en El Heraldo de Chihuahua, y lo recuerdo porque era el aniversario del Sindicato de Trabajadores de este medio escrito; en la actualidad trabajo para el Congreso del Estado.

Este año cumplo 50 años como reportero gráfico asalariado, ya había estado en el periódico El Norte como ‘FreeLancer’, incluso desde antes del gobernador Foglio Miramontes y Óscar Soto Máynez, entonces era fotógrafo que ‘peseteaba’, pero en ese rotativo sólo me hablaban cuando me necesitaban si había algo, estaba muy a gusto con Luis Fuentes Saucedo y con su hijo, Luis Fuentes Molinar, ambos muy buenos amigos.

A mí en El Norte no me pagaban sueldo, me daban material y me daban una ayuda, como por ejemplo hoy me daban 100 pesos, mañana cinco, dependiendo del trabajo; me iba muy bien no lo puedo negar y se vivía bien en ese Chihuahua de los años 50’ que me tocó, no era como ahora.

A Teófilo Borunda sólo le cubrí su campaña política porque hasta ese momento me resistía a ser ‘esclavo’, empecé mi vida de ‘amarrado’ cuando entré a El Heraldo, porque ya me pagaban un sueldo.

Me tocó retratar la canalización del Río Chuvíscar que hizo Teófilo Borunda, pero bueno, en realidad la inició el General Jesús Lozoya Solís, quien había entrado a sustituir al gobernador Óscar Soto Máynez, él fue quien excavó el trazo del canal, y al que le tocó hacer la gran obra fue a Teófilo, entonces él es el del mérito, Lozoya Solís solamente escarbó.

El gobernador Borunda, como lo dijo Jorge Mazpulez, ha sido el gobernador más popular de todos los tiempos, y cuando llegó a bordo de aquellos aviones de las Líneas Aéreas Mexicanas, S.A., LAMSA, Chihuahua se detuvo.

Todos fuimos a recibirlo al aeropuerto, que estaba ubicado exactamente donde está la secundaria ETIC 100, en lo que viene siendo actualmente la colonia Ampliación San Felipe y un poco más arriba.

Para llegar ahí tomabas por lo que ahora es la glorieta de la avenida División del Norte, dabas vuelta hacia la izquierda de la actual Ciudad Deportiva y ahí estaban las pistas. Ese día se reunió mucha gente alrededor del candidato y nos mandaron a recibirlo, íbamos como fotógrafos mi primo Enrique Ramos, Jolly Bustos y yo, ‘no vayas a poner el nombre real de Bustos, (Justo Bustos Topete), porque muy pocos lo conocerían’ -advirtió entre risas-, como reporteros, no recuerdo quiénes iban.

Roberto Gavaldón era el Jefe de Información de El Heraldo, pero también reporteaban Guillermo Asúnsolo y Luis Fuentes Molinar éste para El Norte; por cierto ellos no siempre acudían a acompañar al fotógrafo como hoy en día, pero reporteaban.

A mí me tocó acompañar las entrevistas con candidatos a gobernador y con gobernadores y presidentes, tanto encampañados como en funciones.

En alguna ocasión fui con ellos a una gira por todo el estado, yo por El Norte y por El Heraldo, Inocencio Villalobos, ‘no Inocencio, creo que era Ismael, no porque él estaba con el gobernador y su hermano en la sierra’, ya se, era un fotógrafo de México del que no recuerdo su nombre, creo que se llamaba Carlos Anaya”, fue un viaje fantástico, conocer los 67 municipios de Chihuahua por primera vez.

La caída del gobernador Soto Máynez se debió a que lo acusaron de la muerte de un taxista que se llamaba Juan Cereceres, que en lo personal no lo creí así.

A mí se me hace como que hubo una intriga para perjudicarlo, fue cuestión política.

Uno de los principales opositores del gobernador era don Lázaro Villarreal, llegaba a la Plaza de Armas y convocaba mucha gente para hablar en contra de Soto Máynez.

Era muy admirado por los maestros, fue el fundador de Universidad Autónoma de Chihuahua, quien colocó la primera piedra y yo tomé la foto.

Alfredo Piña lamentó no haber tenido la posibilidad de guardar los cientos de miles de fotografías que ha tomado a lo largo de su vida, "nunca guardé ni un negativo, ni en la actualidad siquiera, jamás se me ocurrió hacerlo, solamente me he preocupado por renovar el equipo, que hoy está completamente evolucionado", admitió.

Además en broma como siempre expresó, “yo no pensé que fuera a vivir tantos años y no conozco a ningún fotógrafo que tenga archivo, tomé fotos del Hilton antes de que lo tiraran y después, y no tengo ninguna imagen; lo mismo me pasó con el Teatro de los Héroes’ incluso una foto del Teatro la adquirió un amigo y la conserva. 

Empezamos con cámaras manuales a las que les tenías que poner más o menos la distancia, porque no tenían telémetros, simplemente la calculabas y le ponías ‘x’ número de metros; la abertura del diafragma la calculabas y la ponías de acuerdo a la cantidad de luz, nada qué ver con la tecnología actual que ya tienen las cámaras automatizadas.

Para llegar a ser un buen reportero gráfico no sólo se necesita un buen equipo de fotografía, se requiere de talento, de oportunidad, de ubicación, porque se trata de crear una foto y más mérito existe si la logras para una orden de información, le tienes que echar ganas y saber qué es lo que buscas y quieres, también hay que contar el factor suerte.

La fotografía debe de hablar por sí misma del evento al que te mandaron a trabajar, debe tener buen enfoque, la luz necesaria y la proyección de lo que informas, que te diga sin palabras lo que plasmaste.

En las campañas políticas el fotógrafo debe saber ubicar los principales ángulos y trucos para hacer lucir a los candidatos”.

Alfredo Piña ha sido calificado como el mejor fotógrafo de campañas…

Por ejemplo, un político luce mejor abrazando a un anciano, saludando a los niños, besando en las mejillas a las señoras de edad y/o bailando con ellas en los eventos abiertos se deben de buscar los ángulos que permitan mostrar fotos de llenos, de una gran convocatoria y evitar los claros que la misma gente forma, nunca se deben descubrir los huecos, quienes hacen todo esto son buenos fotógrafos.

Recuerdo que en algunas campañas me ordenaban que me subiera a helicópteros, a aviones, a azoteas, y a veces no son las mejores fotos, porque descubres muchos huecos que a un nivel más bajo se pueden disfrazar, entonces lo importante es buscar el lugar y el ángulo adecuado.

Alfredo Piña ha sido fotógrafo de muchos candidatos y gobernadores y señala que lo más importante que debe cuidar un fotógrafo son los gestos involuntarios y algunos errores que no cuidan los coordinadores de comunicación social. 

En El Heraldo de Chihuahua comencé en 1963 y en 1982, tras 19 años de trabajo ininterrumpido, se decidió desde México, liquidar a todo el personal sindicalizado después de una huelga prolongada de varios días, de tal forma que desapareció esa organización gremial afiliada a la CTM y terminé mi primera etapa en esa casa editora.

Quedó la mayoría del personal de nuevo ingreso pero salvo una lista negra que había, se optó por darle nuevamente oportunidad a aquellos que regresaran su liquidación, entre ellos estaba yo, pero no devolví nada, ya había conseguido trabajo” en Novedades.

Me fui a ese medio por invitación de mi amigo Luis Fuentes Molinar, quien era el director editorial y dado que mis servicios eran bien requeridos porque aparte de fotógrafo yo hacía separación de color, el cual fui a estudiar a Guadalajara, pues quedé bien colocado.

No todos los periódicos tenía buenos separadores de color, ese proceso se realizaba separando los tonos básicos para el offset, y de ahí se imprimían en el papel a través de las prensas.

Cuando me fui a Novedades Luis Fuentes Molinar me engañó, dijo que yo solamente iba a tomar la fotografía de primera plana, pero fueron mentiras, me hacían tomar más y de otras secciones, ni modo ya era otra vez esclavo.

Una de las campañas políticas de las que guardo más recuerdos como fotógrafo, aunque solo laboraba los fines de semana, fue la de candidato a diputado del licenciado Fernando Baeza en 1985, en ese tiempo en el VI Distrito Electoral Federal con sede en Delicias.

Alfredo Piña trabajó en Norte, El Heraldo y Novedades y tomó fotos de Fernando Foglio Miramontes, Óscar Soto Máynez, del general Jesús Lozoya Solís, de Teófilo Borunda, del general Práxedes Giner, de Óscar Flores a quien le cubrió la campaña y de ahí siguieron Óscar Ornelas, Saúl González Herrera, y Fernando Baeza a quien también le cubrió la campaña.

Hizo buenas fotografías de Francisco Barrio a quien estima, de Patricio Martínez García, de Reyes Baeza Terrazas y del gobernador actual, César Duarte, a todos los he retratado, destacó.

Contó que una vez estando en Meoqui con el general Giner le tomó una foto y “se la di a la ‘Revista Chihuahua’, cuyo editor se apellidaba Gómez Ochoa, a quien por cierto hace mucho que no veo, es muy probable que haya fallecido, pero quien sabe, y estaba platicando el general con uno de sus ayudantes que se apellidaba Calderón.

Al estarlo viendo y enfocándolo con la cámara me salió un ‘chuletazo’, porque las fotos también son cuestión de suerte, estaban arriba de un presídium, tomé la foto y salió muy bien mi general Giner, pero muy bien, entonces al jefe de Prensa que se llamaba Uriel Villegas le gustó mucho y al general más, y eso que fue una foto de suerte, y le mandó decir que me llevara con él.

Ahorita te voy a enseñar una del gobernador Duarte que todavía yo no he visto que alguien le haya tomado una como la mía, la tengo en mi computadora, esa toma es de Delicias en el 80 Aniversario de la Ciudad cuando le toca hablar, pero hasta pareciera que lo puse a posar, es decir en muchas, o tiene los ojos cerrados, o abierta la boca, o está haciendo algún tipo de gesto, pero en ésta los ojos están normales, la boca cerrada, el gesto es natural y su imagen se ve en primer plano.

Entonces volviendo al gobernador Giner, recordó que vino Uriel Villegas y le dijo que al gobernador le había gustado mucho la foto, "les di el negativo, ‘ni un centavo les cobré’ e hicieron foto pieza por pieza, en ese tiempo se usaban los cerillos como artículo de promoción de las campañas, donde ponían la foto como propaganda y para volantes en 8 x 10, luego me hablaron para que fuera a tomarle la foto oficial.

El gobernador vivía por la calle Jiménez, en una casa de los Prieto y llegue con mi cámara 4 x 5 que era grande, de esas cuadradas, y… ¡nombre, parecía de fierro mi general!, las primeras que le tomé no sirvieron, estaba demasiado amarrado, la toma de Meoqui fue buena porque lo agarré descuidado, es una de esas situaciones que te digo, en donde la suerte tiene mucho qué ver.

Para no hacértela más larga, la foto se la tomó un fotógrafo de estudio de Ciudad Juárez, pero allá fue, no aquí, recuerdo que yo me regrese a El Heraldo ya que en todo el resto de su mandato, ya estaba como empleado y seguí así hasta muchos años después.

Me tocó sacar fotos de los sucesos de 1965 en Madera para El Heraldo, el Coronel José García Valseca estuvo a punto de derrocar a mi General Giner pero lo salvó precisamente el problema en la Sierra, con la muerte de los maestros y de los guerrilleros, si se caía, después se iba a decir que lo habían quitado los guerrilleros y eso no lo podía permitir el Gobierno Federal, entonces esa tragedia, le sirvió al gobernador porque el dueño de la Organización Editorial Mexicana (OEM) ya lo traía.

Me acuerdo muy bien que nos daban la instrucción de que el gobernador no apareciera en las fotografías; una vez fue a El Heraldo y salió el mandatario en una foto y nos retó ‘A ver si ahora me cortan’, porque estaba en medio de dos personajes y yo la tuve que editar por orden del director, eran el doctor Humberto Martínez Vargas, entonces director de El Heraldo y quien hace algunos años se quitó la vida, el general Giner y otro personaje que no recuerdo.

Quise escapar por la puerta falsa…

Cuando te dicen que te vas a morir, dijo recordando su cáncer, el suicidio es una opción para no causar lástima, porque así lo llegué a ver cuando me diagnosticaron el cáncer, sólo que afortunadamente lo superé, si no quién sabe qué habría pasado, ya lo tenía planeado, era mucho sufrimiento, reveló compungido Piña. 

Favorablemente las quimioterapias empezaron a funcionar y primero me dijeron que llevábamos un avance del 50 por ciento, y me dijo el doctor Marcelino Ramírez Márquez, ‘vamos ganándole a la enfermedad, el medicamento está haciendo su trabajo, está acabando con todo’, ‘¡y hasta conmigo!’ le dije casi exhausto, apenas podía caminar, me detectaron un linfoma del tamaño de un melón grande, yo nunca lo vi, pero lo deshizo la quimioterapia.

Y aquí estoy, me prohibieron tomar café y lo dejé por algún tiempo, pero ahora he vuelto a las andadas, aunque ya en menor cantidad, porque me irrita bastante el estómago.

Después de Novedades volví a El Heraldo, habíamos hecho la campaña de diputado federal y luego la de gobernador, en 1985 la primera y en 1986 la segunda, de Fernando Baeza, por cierto en la diputación sólo trabajaba sábado y domingo para no faltar al trabajo, aparte que esos días eran los más importantes para las campañas, andábamos juntos en Delicias Octavio Sandoval, tú y yo.

En la de gobernador me dediqué de tiempo completo; en una ocasión que andábamos haciendo un recorrido por el Mercado La Reforma, en donde le regalaron una botella de licor, retraté al licenciado Baeza dándole un trago, entonces inmediatamente me enfrentaron los ayudantes y les dije que también trabajaba para el candidato, que mejor en lugar de enojarse conmigo lo asesoraran para que no lo hiciera en público, que la foto conmigo estaba segura, ‘Pónganse abusados’ les dije.

Cuando participé en la campaña del licenciado Óscar Flores, me dijo Luis Fuentes Molinar que andaba buscando un fotógrafo y me invitó, en ese tiempo todavía trabajaba en El Heraldo, entonces en este edificio, la Torre Legislativa, donde nos encontramos, que en ese tiempo se llamaba ‘Hotel Fairmont’, el licenciado tenía su oficina no recuerdo en cuál piso, pero aquí vine a tomarle las fotos.

También estaba Ambrosio Gutiérrez en la puerta y él fue el que me dio el pase.

El presidente del PRI Nacional Alfonso Martínez Domínguez llegó a Chihuahua a la toma de protesta del licenciado Flores el 27 de marzo de 1968, y lo recuerdo porque mi padre falleció un día después, pero me dijeron que ahí estuvieron todos, desde el presidente del PRI, hasta el candidato pero ya no pude ir ese día.

A los pocos días me mandó llamar Óscar Flores y nomás aguantó dos gráficas con rolly flex, que eran negativos cuadrados, porque era demasiado gestoso, aún así pude lograr una, que Francisco Ernesto Durán ‘El Jorobado’ mandó hacer y se rayó porque fue la que usaron en la campaña”, detalló.

Con Óscar Flores trabajé la campaña y casi un año de gobierno, pero entonces Pedro Muñoz Grado, quién era su jefe de Prensa y muy tomador, me dijo que le echara la ayudada; no acepté porque no me gustaba estar amarrado, era muy callejero, él me ofrecía que ni siquiera tenía que dejar El Heraldo, que nada más me iban a hablar cuando me necesitaran, pero sólo aguanté siete meses, y le dije ‘Me voy, porque el que a dos amos sirve, con alguno queda mal’, y seguí en El Heraldo.

Cuando el gobernador Fernando Baeza, la foto donde aparece vistiendo una chamarra de piel y que fue la de campaña, se la tomé en casa de Federico Guevara; tiempo después le tomé una con su esposa Magali Gómez de Baeza en la Ciudad de México. En ese tiempo Federico Guevara y yo teníamos un laboratorio.

El famoso Verano Caliente de 1986, fue más para que el Gobierno Federal les diera la gubernatura en 1992 a los panistas que por una situación real y opino que ganó a la buena el Lic. Fernando Baeza, conste y aclaro que Barrio fue un buen gobernador después y es un gran ser humano.

“El gobernador Óscar Soto Máynez era bien suave, estando en la esquina de la avenida Juárez y calle Segunda había una cantina y una licorería, muy seguido venía por su ración de sotol ‘curado de víbora’ y por eso le decían ‘Sotolitos’, en lugar de Soto Máynez; al Ejecutivo Estatal le gustaba mucho beber.

Una vez en el periódico El Norte me mandaron a cumplir una orden de información cuando estaba lo más álgido de su gobierno, ya ni siquiera se reporteaba Palacio, ante las grandes protestas que se generaban en la Plaza de Armas en su contra y llegué, al subir a su oficina le dije a su ayudante, ‘vengo a retratar al gobernador, porque tenemos puras fotos donde sale mal y necesitamos una nueva', necesitamos una mejor.

Se suponía que esa misma noche el gobernador iba a presentar su renuncia, ya que por la tarde había llegado de México la orden del Presidente de la República de hacerlo, y estaba Héctor Oaxaca, fotógrafo de Juárez quien en ese tiempo trabajaba para El Heraldo, -quién justamente acababa de fallecer el día de la entrevista de Alfredo Piña-, y cuando salió el ayudante me dijo, ‘ya sabes que el señor no quiere nada con ustedes’, se refería a Norte.

Entonces le dije, ‘si no me deja retratarlo, vamos a sacar la misma foto fea de siempre’, porque a veces le agrandaban las orejas los fotógrafos en ese tiempo, El Heraldo estaba a favor de él y Norte en contra, entró el ayudante y cuando regresó gritó: ‘Dice el gobernador que le digas a don Luis que chin”$&# a su madre y que publiquen lo que les dé su ching”##$$% gana’ y así se lo dije a don Luis Fuentes Saucedo, y él sólo dijo ‘Pinc$#” gobernador cab#%&’, los dos eran bastante bravos.

Teófilo Borunda tuvo grandes expectativas de crecer en la política no solo estatal, sino nacional e internacional, recuerdo que una vez mi primo Ramos y yo en un día nevado, fuimos a su rancho ‘Los Ojos’, que estaba a 55 kilómetros de Chihuahua hacia Ciudad Juárez, a tomarle fotos con el Presidente Norteamericano Lyndon B. Johnson, por eso se decía que era un gobernador muy poderoso, con posibilidad de ser Secretario de Estado y por qué no, hasta Presidente de la República”, destacó.

Lyndon B. Johnson, político de grandes alcances en los Estados Unidos, aquí en Jiménez, en un rancho que se llama ‘Las Pampas’, permaneció por un tiempo; cuando fue Presidente de la República, Miguel Alemán Valdéz, arreglaron el casco de la hacienda y un general vino a hacerse cargo de la propiedad, incluso construyeron un camino hasta allá y una pista de aterrizaje.

Yo fui hasta allá con Óscar W. Ching Vega, quien era subdirector de El Heraldo, y pronto nos cayeron los militares, pero alcanzamos a ver la avioneta en donde había arribado el mandatario norteamericano con un periódico de la capital de Texas, Austin; ahí estaba él, pero no nos permitieron verlo.

Teófilo Borunda era su amigo, pero el rancho se lo prestó el presidente Miguel Alemán, para iniciar la crianza del ganado Angus; la propiedad estaba llena de ese ganado ‘prieto’, que era propiedad de Lyndon B. Johnson.

Óscar Flores inició con las audiencias públicas…

El gobernador Óscar Flores empezó con la atención de las comisiones en Palacio, citaba a todos los funcionarios y se daba audiencia a los que llegaban, entonces le hablaba a su secretario, que era el licenciado Manuel Caballero.

Yo tomaba fotos de las comisiones y en eso sonó el teléfono, porque le pasaban llamadas, y como eran muchos aparatos se confundía y su secretario lo orientaba ‘Por el negro, señor licenciado’ y decía ‘¡Cab%$#”, pend%$#”, pues conteste!” sonrió, era muy fuerte de carácter.

En las audiencias llegaban comisiones a los patios y los pasaba a su despacho, se levantaba y les decía ‘siéntense’, pero como no había sillas, pues seguían parados, entonces se volvía a levantar y les decía de nuevo ‘siéntense’ y aquellos seguían parados, por lo que les comentaba ‘pues si no se quieren sentar, nos paramos todos, jajajaja era todo un personaje, dijo.

El gobernador Flores aumentó mucho los impuestos y le generó un gran ingreso a don Manuel Bernardo Aguirre. Hizo pagar gravámenes a muchas empresas que no lo hacían inició con el abatimiento del rezago del predial que todavía existe.

Una frase que se va a quedar para siempre de parte del gobernador Flores es aquella que dijo cuando los tres asaltos bancarios simultáneos, en donde se asegura que expresó: ‘A los guerrilleros mátenlos, pero a los estudiantes no, manifestó el maestro Piña.

Otro pasaje poco difundido de este gran gobernador es aquel en donde le dijo al presidente Luis Echeverría: ‘¡O me manda dinero para hacer obras y tener contenta a la gente, o me manda soldados para acabar con esos cab$#”$!’, advirtió refiriéndose a los guerrilleros.

El licenciado Óscar Flores fue el que inició el programa carretero Gran Visión diseñado por el ingeniero Tamayo, que hasta la fecha se concluye en sus últimas etapas para comunicar nuestra extensa Sierra Tarahumara por sus diversos troncales, Parral-Culiacán,  Puerto Justo-Balleza, Creel-Guachochi, y otros. Él lo que buscaba era comunicar al estado y dar trabajo, reiteró Alfredo.  

El ingeniero Tamayo era muy amigo del presidente José López Portillo, quien nombró como Procurador General de la República al licenciado Óscar Flores cuando ya no era gobernador de Chihuahua.

Con don Manuel Bernardo Aguirre me fue muy bien, era un gobernador muy preocupado por los periodistas y por sus amigos, un gran político se las sabía todas y con Fernando Baeza, también, realice varios recorridos por todo el estado tomando la gran obra carretera que nadie igualará.

Lo que dice el licenciado Mazpúlez de don Manuel es cierto de que atendía a todas las personas en la puerta de su despacho y que igualmente les invitaba las tortas y las sodas, cuando menos la gente se iba con el estómago lleno.

Yo a don Manuel lo vi prácticamente llorar cuando tenía algún tipo de tristeza…

Don Luis L. León, fundador del PRI, lloraba durante sus discursos, era originario de Sonora pero chihuahuense por adopción, incluso llegó a ser diputado por un distrito de de esta tierra y era de carácter muy fuerte.

Óscar Ornelas Küchle, si murió en la pobreza, fue un hombre noble, leal y honesto a más no poder, su amor por Chihuahua fue auténtico, un verdadero hombre dedicado al servicio de los demás.

Don Alfredo Chávez, aunque yo casi no lo conocí, fue el primer gobernador, incluso que Francisco Barrio, que le ganó al PRI, muchos dicen que no, pero sí. Hay una foto que está Alfredo Chávez con Pancho Villa.

A señor Alfredo Piña le detectaron cáncer en el estómago en 1994, un año después de que se pensiona por el Seguro Social, luego de pasar por la enfermedad, se reincorporó al trabajo y en ese tiempo, Pancho Muñoz, el entonces fotógrafo de Francisco Barrio y otros compañeros de la lente le hicieron un homenaje.

Como es Alfredo, nunca estuvo de acuerdo con el reconocimiento, pero acudió por educación y amistad a recibir el apoyo de sus compañeros periodistas, el decía que esos festejos eran preludio de mal agüero, afortunadamente nada pasó.

Gobernadores que retrató Alfredo Piña:

Fernando Foglio Miramontes (1946-1950), Óscar Soto Máynez (1950 - 1955), Jesús Lozoya Solís (1955 - 1956), Teófilo Borunda (1956 - 1962), Práxedes Giner Durán (1962 - 1968), Oscar Flores Sánchez (1968 - 1974), Manuel Bernardo Aguirre (1974 - 1980), Óscar Ornelas Küchle (1980 - 1985), Saúl González Herrera (1985 - 1986), Fernando Baeza Meléndez (1986 - 1992), Francisco Barrio Terrazas (1992 - 1998), Patricio Martínez García (1998 - 2004), José Reyes Baeza Terrazas (2004 - 2010), César Duarte Jáquez (2010 - 2016).

Presidentes de la República que retrató Alfredo Piña:

Adolfo Ruiz Cortínez, (1952-1958). Adolfo López Mateos, (1958-1964), Gustavo Díaz Ordaz, (1964-1970) él, uno de los mejores presidentes, indicó; Luis Echeverría Álvarez, (1970-1976), José López Portillo, (1976-1982), Miguel De la Madrid Hurtado,(1982-1988), Carlos Salinas de Gortari, (1988-1994), Ernesto Zedillo Ponce de León, (1994-2000), Vicente Fox Quezada, (2000-2006), Felipe Calderón Hinojoza (2006-2012), y Enrique Peña Nieto (2012-2018).

La Anécdota:

“Don Mariano Valenzuela ‘pantereaba’ mucho con su dinero, sacaba billetes de 10 mil pesos y le decía a alguno, a quien fuera, un boleto, mesero, fotógrafo..., ‘Ve a traerme unos chicles’ y cuando le iban a tomar el billete los retiraba y bromeaba con ellos, le encantaba presumir”, recordó.

En ese tiempo era el líder del Sindicato de Mineros y años después adquirió los derechos sobre la  mina “La Prieta” de Parral, una de las principales productoras de plata de México, él se la pasaba en el Hilton y platicaba que cuando él era muy pobre, vino a sacar fiada una estufa a una mueblería que estaba por la Plaza de Armas y se la negaron rotundamente porque no era sujeto de  crédito.

El potentado chihuahuense en aquel tiempo en que no quisieron fiarle, sufrió bastante por carecer de solvencia económica para comprar el artículo de cocina, de tal suerte que cuando se convirtió en millonario años después, volvió y compró la estufa y… ¡toda la mueblería!, para darse el gusto de disponer de muebles y empleados”.

Se volvió el mayor acumulador de centenarios que he conocido, además de ser un gran hombre de negocios y amigo de los políticos, hizo el Hotel Victoria, donde se quedaban los Presidentes de la República, y se enriqueció con la venta de zinc, era un hombre muy visionario, destacó el maestro de la lente.

El Cuento:

Recordó que en plena toma de protesta de candidato a gobernador Teófilo Borunda había mariachi y trajeron al ‘Charro’ Avitia para que amenizara el evento, de tal suerte que cuando llegó al aeropuerto, el candidato se subió a una troca y la gente lo siguió a pie, yo venía delante de ese vehículo tomando fotos…

Entonces sucedió que un loco disparó tratando de matar a otro y a mí una ojiva me pegó de rebote en un dedo y me quemó, sólo me causó un moretón porque era calibre .22, otras ojivas se incrustaron en el carro de un agente de Vialidad que venía adelante”, afirmó.

El dedo me quedó color oscuro, quemado, y los policías de inmediato detuvieron al que había disparado, ‘pues ya sabrás se pensó que era un atentado contra el candidato a gobernador’, dado que el hombre alcanzó a accionar varias veces el arma, y los ayudantes resguardaron a Teófilo Borunda en el Hotel del Real.

A raíz de los acontecimientos, la toma de protesta como candidato de Teófilo se realizó en el Estadio de la Ciudad Deportiva, en donde está el mono ‘encuerado’; recinto que resultó insuficiente dada la cantidad de seguidores que tenía el aspirante a Jefe de Gobierno Estatal  y cuando fue gobernador ya ni me acuerdo dónde fue su toma de protesta.

Borunda ha sido uno de los mejores oradores que han llegado a la gubernatura, a todo mundo dejaba contento, tenía la particularidad de que si estaba hablando con campesinos hablaba como ellos, tenía sentido común y se vestía como las personas con las que hablaba; aparte de todo era muy amigo de Lyndon B. Johnson, expresidente de Estados Unidos.

Para muchos pudo llegar muy lejos, si hubiera tenido un mejor manejo político ya que se le veían condiciones para ser el primer gobernador que llegara a conquistar la política mexicana en la Ciudad de México, pero se quedó en eso, sin embargo nadie le puede restar méritos y sí fue como dice Javier Garfio, candidato del PRI a la Presidencia Municipal de la capital, el primer gran transformador de Chihuahua.

 


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