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Entrevista con Luis Corral, Sub Inspector de la Policía Municipal

*Quedamos Atrapados 22 minutos dentro del incendio de la Libertad: Luis Corral

*Guzmán y Acosta dieron su vida con valentía

*Bomberos tendrán personalidad jurídica

*En 2004 desmantelaron la DSPM

Por: Redacción 16 Noviembre 2019 07:35

Una entrevista, una anécdota y un cuento | Por Manuel Serna

La entrevista:

¿Cuál es su nombre y su cargo?

Mi nombre es Luis Ramón Corral Torresdey, soy Sub Inspector de la Policía Municipal con una carrera de 29 años en esta corporación y actualmente estoy comisionado como Coordinador del Departamento de Bomberos.

¿Cuál es su origen?

Soy del Cerro de la Cruz, estuve en el jardín de niños Francisco I. Madero y la primaria la estudié en la escuela Industria Forestal, la secundaria en la 3011, la prepa en el Bachilleres 2 y soy abogado egresado de la Universidad Autónoma de Chihuahua.

Soy policía por herencia familiar dado que mi abuelo, Alfredo Corral Rodríguez quien falleció en 1984, perteneció a distintas corporaciones, desde Celador hasta Policía Judicial, pasando también por la Municipal.

Mi padre, Ramón Corral, también fue Policía Municipal durante 30 años y es jubilado, alcanzó el cargo de Coordinador, luego en la Policía Judicial del Estado llegó a Jefe de Grupo, después a Segundo Comandante y finalmente Primer Comandante.

Crecí entre placas, patrullas y uniformes de policía y me encantaban, al igual que el área de urgencias médicas, gracias a un tío que antes de ser policía trabajó en la Cruz Roja y a donde me llevó desde que tenía 9 años.

Ellos manejan desde hace muchos años el Programa Juventud en donde pueden entrar niños y adolescentes para recibir formación humanista, me enteré que el esquema existe en la ciudad desde 1976.

Nos enseñaron primeros auxilios pero priorizaron servir a los asilos y orfanatorios para llevarles comida, música y alegría, esto lo conjuntamos con trabajo comunitario, recuerdo mucho el apoyo que le dimos a la Granja Hogar.

Cuando cumplí 15 años empecé a recibir capacitación básica en la Cruz Roja, ya que cuando llegábamos a los 18 años, recibíamos instrucción como socorristas, con aquellos uniformes color caqui que se utilizaban antaño.

Esto me permitió subirme a las ambulancias gracias a que contaba con el permiso de mis padres  y comencé a tener contacto con lo que finalmente sería uno de mis objetivos, llegar a convertirme en Técnico en Urgencias Médicas, TUM.

En mi primera guardia, un 29 de diciembre de 1986, me tocó salir a mi primer servicio atendiendo personas de un percance automovilístico de un autobús de pasajeros que después de salir de lo que era la Central Camionera Vieja del Canal, se impactó frente a Televisa en la Zarco con una Combi, con el saldo de dos personas gravemente lesionadas.

Como coincidencia las ambulancias también era unas Combis, en la Cruz Roja de Chihuahua había dos, ambas llegaron a ser icónicas, la 2 y la 6.

En 1990 entré a estudiar Derecho en la Facultad de la UACh y a la par, ingresé a la Policía Municipal de Chihuahua, dado que aceptaban el ingreso a los 18 años, posteriormente se subió la edad a los 21 y actualmente se piden 19 años cumplidos, mientras que en el Ejército los admitían desde los 16 años.

Gracias a la experiencia de tanto tiempo en las ambulancias y a la práctica que se obtiene en ese servicio, hice el curso  de Técnico en Urgencias Medicas y me acredité.

Aunque hay algunos indicios de que hubo Escuela de Policía por los años 60s, fue en la Administración de Don Luis H Álvarez cuando inició formalmente la Academia de Policía, entre 1983 y 1986.

Sin embargo hay que reconocer que no todos los policías que llegaban a la corporación ingresaban con Academia y que muchos que estaban en activo no contaban con esta capacitación.

De hecho ingresé como policía, luego hice la Academia y a la vez, estudiaba para abogado en la UACh y contaba con el nombramiento de Técnico en Urgencias Medicas.

Los turnos de aquellos años en la Policía eran de 12 por 24, es decir, 12 horas de trabajo por 24 de descanso, que eran muy pesados y más para quienes teníamos que estudiar.

¿Cómo llegó a Bomberos?

En noviembre de 1992, siendo policía, me comisionaron por primera vez a Bomberos, dos meses en la 4ª y Urquidi bajo las órdenes del comandante Mario Pérez.

*En aquellos ayeres llegabas y te decían: ¡Mira de esa caja!, escoge el chaquetón, no se usaban ni pantalonera ni botas, ¡Toma un casco, el que te quede!, que estaba en otra caja, y guantes que donaban las gaseras para que vayas a trabajar…

Las maquinas extintoras eran de modelos muy viejos y sólo cabían dos en la cabina, el maquinista, el copiloto, y los otros dos trepados en la defensa.

De regreso a la Policía Municipal hubo cambio de comandante a unos meses y El entonces jefe de bomberos, Andrés López, me volvió a pedir que lo apoyara.

Su idea era que me integrara en la Ambulancia que ya se había adquirido, aprovechando mi condición de paramédico y comenzar a formar un equipo multidisciplinario.

Entre los amigos están Alejandro Ortega Gómez, Manuel Vázquez Bailón, David Ortega Portillo, El señor Andujo, Iván Ordóñez, Miguel Moreno, Daniel Bailón y muchos más.

Para integrar un grupo de bomberos paramédicos en la corporación, era más sencillo contar primero con los TUM y luego integrarlos a la Academia de Bomberos que se estableció con el jefe Andrés López.

Tres de ellos, Sergio Caldera, que ahora está como Oficial de Bomberos,  Jesús García que es Bombero Primero, y el ex comandante José Domínguez, y yo, nos integramos a la Academia en 1993 y quedamos en servicios uno en cada turno.

¿Cómo están las cosas actualmente?

De ese tiempo de carencias a la fecha, las cosas han cambiado sustancialmente, ahora contamos con maquinas extintoras que son más modernas aunque siguen siendo modelos atrasados.

Todos los bomberos cuentan con equipo personalizado, desde lo interior hasta lo exterior.

*El Gobierno Municipal está solicitando al Congreso del Estado una legislación que permita a los bomberos contar personalidad jurídica para recibir los apoyos que por justicia les corresponden.

¿Cómo inició el grupo e paramédicos?

Desde que terminó la Academia cada que salía alguna Bombera de la Estación 1, detrás iba la Ambulancia 819 para brindar el servicio de atención en caso de lesionados.

Me tocó participar en un curso de promoción de ascensos dentro de la Policía y pedí permiso de regresar y continuar mi carrera.

Me hicieron la indicación de que de llegar a obtener el grado dejaría bomberos para incorporarme de lleno al trabajo policiaco y estuve de acuerdo.

124 elementos hicimos los exámenes de los cuales quedamos 25 seleccionados para ascender únicamente 14.

Con alegría y esfuerzo obtuve el grado de Policía Segundo, ya había hecho el curso de paramédico, había terminado la academia de policía y acababa de graduarme como bombero mientras que en la Universidad seguía estudiando leyes.

Como me dijeron volví a filas, como decimos en la corporación al trabajo de turno ordinario dentro de la DSPM.

En 1994 concursé para ascender como Policía Primero y en 1996, recién graduado como licenciado en derecho, me dieron prácticamente la orden de ocupar la jefatura del Departamento Jurídico.

El director Cuco Rubalcaba en el Gobierno del alcalde Gustavo Ramos Becerra, renuncio luego de atrincherarse y causar un hecho sin precedentes, y se fueron todos los Jefes de Departamento.

Quedó desmantelada la corporación y como era el único policía abogado me indicaron que me hiciera cargo por una semana que se prolongó por casi un año.

De ahí ascendí en otra promoción al grado de oficial y en 1997 me nombraron como Inspector Habilitado, aunque posteriormente obtuve ese grado en otra promoción de ascensos.

Actualmente soy Sub Inspector que pareciera ser menor al grado que mencioné anteriormente, pero lo que pasó fue que cambiaron los grados dentro de la corporación y con la llegada de los Policías Terceros quedé en mi cargo original.

Estuve laborando algunos años como jefe de servicio y empecé a realizar capacitaciones como por ejemplo en Cruz Roja, en Urgencias Medicas, en Rescate Urbano, y después en Monterrey el Rescate Acuático.

Me tocó llegar a Coordinador Operativo y dirigí el programa de Policía de Proximidad que ha sido tan bien aplicado en países europeos, fue el director Raúl Grajeda quien me mandó a España, de septiembre del 2002 a julio de 2003.

Estudié en la Escuela de Policía en Ávila España y me tocó cursar la capacitación con 28 mexicanos de los cuales solamente 14 llegamos hasta la acreditación que fue difícil.

Al llegar a Chihuahua de inmediato pusimos en servicio el Programa de Policía de Proximidad hasta que en 2004 se cambio el esquema debido a que salieron más de 240 y se retomó años adelante.

¿Se desmanteló la municipal en 2004?

*Si hubo serios problemas porque éramos una corporación de cerca de mil elementos entre operativos y administrativos se fueron más de 240, casi una cuarta parte por lo que se requirieron ajustes.

Se tuvieron que hacer eficientes los policías que quedaron y se trabajo principalmente en la formación de nuevos policías.

En febrero de 2005 me nombraron Subdirector Operativo con el Arquitecto Lázaro Gaytán como Director en donde permanecimos hasta 2009 en que entraron los mandos Militares y a Chihuahua le tocó la llegada del General Aguayo.

Fue en ese entonces que regresé a Bomberos y quiero comentar que en España realicé mi certificación como buzo en mar abierto.

¿Cuál ha sido la etapa más dura como policía?

Indudablemente que los años en que se recrudeció la violencia en Chihuahua y donde perdimos infinidad de compañeros muy queridos, primero estuve como Coordinador Operativo y después en Bomberos.

Recuerdo a Antonio Olague, Manuel Gómez, Raymundo Segovia, Hugo Carrillo Pazos y muchos más que harían una larga lista.

¿Hay personal suficiente de bomberos?

Estamos en proceso de graduar a 31 nuevos elementos que están por terminar su Academia con capacitación en urgencias médicas.

Contamos con 150 bomberos activos en 8 estaciones que se encuentran estratégicamente ubicadas por la capital.

Tanto en la academia de bomberos como en las generaciones de policías se tienen problemas para que los aspirantes puedan sujetarse a las órdenes y a aceptar la disciplina como forma de vida.

Esto ha traído como consecuencia que  muchos que se inscriben no terminen sus estudios de formación porque no les gusta que los manden.

¿Tenemos buen equipo de bomberos?

Si, contamos con buen equipo, con buenas herramientas y personal entrenado para enfrentar incendios con capacitación constante.

Aunque siempre se va a requerir más de lo que se tiene, y debemos considerar que todo el equipamiento es muy caro.

La anécdota:

*Me tocó intervenir como bombero en el incendio de la calle Libertad que se registró un fatídico viernes 22 de septiembre de 2006, donde dos entrañables compañeros perdieron la vida y yo estuve a punto de morir.

Llegué al sitio y me entrevisté con el comandante José Domínguez, vimos las necesidades, establecimos el sistema de comando de incidentes, acordonamos el área.

Cuando llegó el Coordinador Mario Iracheta, le encargué el comando correspondiente para que se encargara de seguir haciendo las acciones policiales, me puse el equipo y entramos por el negocio denominado Casandra, el fuego llegaba hasta la zapatería Roma y la peletería La Michoacana.

Salí después de un rato a cambiar el tanque de aire comprimido y fue cuando por instrucciones del jefe Domínguez ingresamos a la Peletería, donde finalmente quedamos atrapados.

Estábamos en un segundo nivel combatiendo el incendio, los compañeros desde afuera enfriaban un tanque de gas estacionario, pero de pronto la estructura se colapsó y nos cerró la posibilidad de salir.

Además el material que cayó sobre nosotros aplastó las mangueras y nos quedamos sin agua falleciendo los compañeros, Jorge Guzmán y Humberto Acosta.

El rescate que realizaron los compañeros bomberos tardó 22 minutos y se nos terminó el aire comprimido, forzándonos a respirar el aire del interior del siniestro, que además nos causó quemaduras en la cara, la boca, los dientes, la tráquea y hasta los bronquios.

Fue una recuperación fue difícil, estuve 15 días en el hospital en terapia intensiva y me trasladaron de emergencia a Monterrey.

Fue hasta días después que me dijeron que me había salvado de milagro y que los compañeros ya mencionados habían fallecido.

Quería acudir al funeral de Acosta y Guzmán, pero no sabía que estaba en Monterrey, y que ya había pasado casi una semana del lamentable incidente donde dos compañeros sacrificaron su vida para salvarnos a los demás.

Durante tres meses estuve aislado por las posibles infecciones y mediante acupuntura logré recuperar la voz.

Más historias…

Siendo policía, rescatista, TUM, bombero y buzo, siempre cargaba en la patrulla todo tipo de equipo para lo que pusiera presentarse, ya que de pronto apoyaba en los incendios, atendía lesionados o realizaba detenciones.

Con Joel Ortega, actual coordinador de Protección Civil Municipal he  compartido vivencias como una ocasión que acudimos a apagar un incendio siendo yo Coordinador de la Policía.

El maquinista era el Primero Chaires, una persona que estimo mucho, y me dijo, ¿qué si lo apoyaba?, le indique que mejor dentro del siniestro y me puse el equipo para ingresar.

Adentro estaba un bombero y al comentárselo al comandante Joel me dijo, yo era ese bombero, pero aunque sabía que nos apoyaba un policía, no supe quien era el que estaba detrás de mí.

También hablando de nuestras actividades dentro del campismo platicamos de la famosa Piedra del Gigante que está frente a la Cascada de La Piedra Volada.

Le señalé que conocí al Gigante por la parte superior y me dijo, yo también, le señale que éramos unos bomberos que íbamos con unos muchachos del Pentatlón y el dijo, pues yo iba con unos del Pentatlón que fueron con unos bomberos.

Sacó una fotografía y estamos los dos en el grupo pero todavía no nos conocíamos ni existían conexiones laborales, pero desde que nos conocimos por cuestiones del trabajo hemos sido buenos compañeros.

El cuento:

En las anécdotas quemas recuerdo de cuando siendo policía me metía a combatir incendios está un siniestro en los años 90s que se registró en la González Cosío y Paseo Vallarta.

Son departamentos de tres pisos que la parte de abajo son locales comerciales y los siguientes niveles son domicilios.

Siendo jefe de servicios ya había acudido a apoyar a los bomberos en el incendio de una maderería y cuando me ponía el equipo para ingresar al condominio llegó el Coordinador Héctor Valenzuela y me sacó del incendio.

Me llamó la atención porque consideraba que ya no era un policía simplemente, sino un Jefe con alta responsabilidad y me dijo que me fuera a cubrir mis recorridos mientras él se encargaba de apoyar a los bomberos.

Me sentí mal, tomé el equipo, lo guardé y lo dejé abandonado por un tiempo…

En otra ocasión que andaba en la patrulla cuando reportaron de nuevo un incendio en los locales de la González Cosío, fui el primero en arribar y cuando me subí al tercer nivel, estaba una niña al borde de la ventana mientras el cuarto se quemaba.

Dado que después de la regañada no traía el equipo me quite el uniforme de policía y pedí una sábana para mojarla y envuelto llegué hasta el lugar donde se apreciaba la menor.

El calor generado por el incendio era abrasador por lo que me acerqué y vi además de la niña estaban enseguida otros tres pequeños y el padre de familia.

Envolví a la pequeña de tres o cuatro años con la sabana mojada y la bajamos a salvo mientras que otro policía desde el departamento de enseguida me gritaba para que me acercara y le pasara a los demás y los sacamos por la otra vivienda.

Ese incendio lo recuerdo porque intervine de manera inmediata y sin equipo, sé que no debí arriesgarme así, pero también demuestra que todos seguimos el instinto que traemos en el servicio como policías, bomberos o paramédicos.

En el tiempo que estuve como Subdirector Operativo siempre cargué mi equipo de bombero y cuando había incendios acudía a apoyar a los compañeros.


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