Pensó que era “la crisis de los 30”; le daban pocos días de vida

Christina Ferrara, una estadounidense, acudió al médico porque se sentía “cansada” y, aunque apenas había cumplido los 30 años en 2017, lo atribuía al estrés laboral y al “envejecimiento”.

La mujer dijo que le “sangraban las encías”, pero culpaba a su cepillo de dientes, y que su orina era “más oscura”, pero pensaba que era porque tomaba poca agua.

Sin embargo, tras ser examinada, los médicos le dijeron que su hígado no funcionaba bien. A las pocas horas dio muestras de ictericia, dolencia que se manifiesta al tornarse la piel amarilla e indica un aumento de la bilirrubina en la sangre, como resultado de ciertos trastornos hepáticos.

“Cuando el médico me examinó, me dijo que tenía que ser ingresada en el hospital y que me iba a morir el fin de semana”, platicó la mujer.

Sin embargo, tras un transplante de hígado, el cuarto que le tuvieron que hacer, se logró recuperar rápidamente, pero a un año del suceso, los médicos aún no saben qué causó la insuficiencia hepática.

Ahora, Ferrara se dedica alentar a las personas a registrarse como donantes de órganos para que puedan salvar vidas, como le sucedió a ella.