Socorro Chávez: madre, esposa y MP las 24 horas

Socorro Chávez es agente del Ministerio Público adscrito a la Unidad de Delitos Sexuales. Desde hace 25 años trabaja en la Fiscalía General del Estado y desde 2014 la asignaron al departamento antes mencionado.

Anteriormente se encargaba de integrar carpetas de homicidios, pero siempre ha estado inclinada en auxiliar a víctimas de delitos como violaciones, abuso y hostigamiento sexual. "Dure 10 años en homicidios pero yo pedía delitos sexuales, integraba homicidios pero decía 'ándele, licenciada, deme delitos sexuales, yo los integro'", señaló.

Chávez inicia su día a las 5:00 de la mañana. Se levanta y le da de desayunar a su hija, de 18 años, y a su marido. Luego, a las 6:30, ambos la llevan a la escuela -estudia Derecho- y ella llega a su oficina a las 7:00 de la mañana. Tiene otros tres hijos, pero no viven con ella. Dos son abogados y otro más va en la misma carrera.

Ahí, revisa carpetas de investigación y atiende audiencias programadas. Se retira a las 5:00 de la tarde, sin embargo, en su casa continúa su trabajo. "Saco una orden (de aprehensión) o dos en la tarde y las presento al día siguiente en la mañana", dice. Termina su jornada cerca de las 10:00 de la noche. "Si me limito a hacer el trabajo de 9:00 a 4:00, no acabo nunca", manifiesta.

Incluso proporciona a las víctimas su teléfono personal, para atenderlas a cualquier hora, pese a saber que esto representa un riesgo para ella.

Asegura que en fin de semana logra avanzar más en su trabajo. Asimismo, atiende audiencias fuera de su horario de oficina, pues dice que le gusta conocer cómo va el proceso en las carpetas que tiene bajo su cargo y estar empapada en las investigaciones hasta el final. Actualmente tiene 600 investigaciones abiertas.

Explica que una vez que recibe a una víctima, tata de canalizarla a la Unidad da Atención para que reciban apoyo sicológico y la asistencia médica necesarios. Estoy pendiente de que les brinden el servicio hasta que estén protegidas. De igual modo, señala que busca que les den justicia lo más rápido posible para que tengan una vida libre de violencia.

Expresa que no descansa hasta lograr obtener justicia para las víctimas, que en su mayoría tienen menos de catorce años. Este proceso puede tardar desde cuatro meses, en un proceso abreviado, hasta un año en un juicio oral. "Me gusta mucho mi trabajo, trato de hacerlo lo mejor posible para apoyo de las víctimas", indica.