¿Por qué tanto odio por los Clinton?

Ambos están envuelos en diversos escándalos, aún juntos, pues muchas veces “han mostrado lo que parece ser una tranquilidad desconcertante para ignorar reglas y precauciones”, según comentario de BBC.

En diciembre de 1998 Bill Clinton fue procesado penalmente por la Cámara de Representantes en Impeachment, que lo llamó a juicio por falso testimonio y obstrucción a la justicia, esto tras los escándalos de Monica Lewinsky y de Paula Jones.

El Senado desestimó los cargos en 1999 con 45 votos de los demócratas, y cinco de republicanos, aún contra la mayoría de los votos de este último partido.

Los Clinton crecieron, según el reportaje de la cadena inglesa, en medio del cambio generacional hippie de los 60’s, contrario a la política del momento y a las costumbre de los republicanos, partido contrario al ex presidente.

Bill fue el primer presidente estadounidense en confesar que había fumado marihuana en su juventud.

Hillary, quien en 1992 reemplazaba Barbara Bush como primera dama, rechazó los papeles tradicionales que cumplía hasta entonces la esposa del presidente para asumir una posición de mayor poder político y administrativo en la Casa Blanca, pues en lugar de organizar banquetes, ella encabezaba reuniones estratégicas de gobierno.

Tanto Hillary como Bill son vistos como personas poco transparentes, incluso “corruptas”, según sondeo, donde el 82% de los opositores en esta pasada elección calificaban así a Clinton.

Enfrentaron investigación judicial por el caso de Whitewater, negocio urbanístico fallido en Arkansas en el que habían participado antes de llegar a la Casa Blanca.

La candidata demócrata enfrentó la amonestación del Buró Federal de Investigaciones de EE.UU. (FBI, por sus siglas en inglés) ante el uso irregular de un servidor privado de email cuando estaba al frente del Departamento de Estado, por conflicto de intereses.

“Además, el matrimonio Clinton, con su estela de casi 30 años de escándalos, es para muchos de estos estadounidenses conservadores el ejemplo perfecto de la clase política que aborrecen, y a la que el republicano Donald Trump promete reemplazar”, concluye la BBC.

Durante la pasada campaña electoral, simpatizantes de Trump pedían en repetidas ocasiones que le encerreran, bajo la frase "lock her up", para pedir prisión.

Dichos sucesos fueron clave en la contienda en diversos estados que fueron determinantes para que hoy Trump sea el presidente electo de los Estados Unidos.