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Entrevista con José Valenzuela, Director Médico de Secretaría de Salud

*Vienen las semanas más críticas del COVID-19: Arturo Valenzuela

*Lamentaremos si fallamos en el aislamiento

*Seguiremos informando con veracidad

*Me negaron guardería…

Por: Redacción 18 Abril 2020 07:04

La entrevista:

¿Cuál es su nombre y su cargo?

Soy el doctor Arturo José Valenzuela Zorrilla y me desempeño como Director Médico de la Zona Norte de la Secretaría de Salud del Estado de Chihuahua.

¿Cuál es su origen?

Siempre le digo a la gente que soy producto de un accidente porque mis padres siendo doctores y habiéndose conocido y enamorado en la Universidad Nacional Autónoma de México se casaron, tuvieron primero a mi hermana Tere, la dejaron en Ciudad Juárez para irse a Montreal Canadá a hacer su internado y ahí los sorprendí con mi nacimiento.

Debido a que era complicado completar su internado y tenerme con ellos, me trajeron con mi abuelita a la Ciudad de México para vivir en la casa de unos tíos, allí permanecí hasta los siete años.

Mi papá era de Juárez y mi mamá del Distrito Federal, por lo que fui chilango hasta que regresamos toda la familia a la frontera.

En Juárez estudié la educación primaria, la secundaria y la prepa, después viajé a la Perla de Occidente para Estudiar en la Universidad Autónoma de Guadalajara.

Me gradué como Médico Cirujano Partero y de regreso en Ciudad Juárez laboré en un consultorio particular ubicado en las calles Constitución y Carlos Villareal, donde fue la casa de mis abuelos paternos.

Me tocó salir al municipio de Uruachi Chihuahua a realizar mi servicio social y decidí llegar hasta esa zona de la Sierra que en aquellos años estaba bastante incomunicada.

Eran muy pocos los médicos recién egresados que aceptaban irse a lugares tan remotos, dejé pasar una plaza en Tijuana bastante peleada para ir con la gente de nuestras comunidades originarias.

Aprendí muchas cosas de mi carrera pero también observé lo complicado que es vivir en aquellos sitios y que no obstante que ya hace más de veintitantos años, cuando en el país no existía la situación actual de violencia, allá ya vivían con crisis de inseguridad.

Antes realicé el internado en el Hospital General de Ciudad Juárez y creo por eso le tengo tanto cariño.

En la Ciudad de México realicé mi primera especialidad en Cirugía General en el Hospital Dr. Gea González y continúe con la especialidad de Cirugía Laparoscópica en el Hospital Ángeles de El Pedregal, finalmente volví al hospital Gea para la especialidad en Endoscopía.

He vivido la mayor parte de mi vida en Ciudad Juárez, urbe a la que quiero entrañablemente.

Tengo la bendición de tener con vida a mis padres, en un buen estado de salud y los estoy cuidando mucho debido a la pandemia.

Mi mamá se llama María Teresa Zorrilla Carcaño, proviene de familia del Distrito Federal, es médico general jubilada del ISSSTE, ocupó el cargo de Regidora del Ayuntamiento y fue activista cuando se manejó lo de Sierra Blanca y el tema del Basurero Nuclear.

Mi padre se llama Arturo José Valenzuela Cuarón, nació en Ciudad Juárez, estudio en la UNAM donde conoció a mi mamá, es médico especialista en Otorrinolaringología y ha trabajado en el Centro Médico desde hace muchos años, todavía lo hace a sus 80 años de edad y es maestro fundador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, se ha especializado en la enseñanza en el trato de pacientes con traumatismos y es el director de todos los cursos para la atención de personas accidentadas, baleadas o todo lo que sea urgencias.

Es Byker, tiene una motocicleta, viaja hasta Ruidoso Nuevo México, es todo un personaje mi padre.

Tengo cuatro hermanos y todos tienen que ver con el tema de la salud, mi hermana mayor, se llama María Teresa, es psicóloga, enseguida sigo yo, después Patricia, quien es dentista y se casó con otro odontólogo, en toda la familia no habanos de otra cosa que no sea de salud.

Si llega a caer un paciente en una reunión familiar lo hacemos garras, todos le entramos…

Sigue mi hermano Manuel que es médico con la especialidad en Pediatría y finalmente mi hermana Lupita que estudió la carrera de Nutriología, ella vive y trabaja en la Ciudad de México.

En el primer matrimonio tuve a una niña encantadora que se llama Lucía.

Mi actual esposa se llama Cecilia Iveth Zavala Jurado que también es doctora, para variar y es la directora del Centro de Salud A, quiero decir que es muy profesional en lo que hace y que la quieren mucho sus pacientes.

Nos llevamos muy bien, tenemos un balcón en la casa donde realizamos noches bohemias, saco la guitarra y desvelamos tantito a los vecinos que les agradecemos su paciencia por escucharnos.

Cantamos baladas, trova, me gusta Silvio Rodríguez y hemos disfrutado estos días de cuarentena, cuando logramos llegar temprano, por lo que cada 10 o 15 días salimos al balcón.

Mi hijo César Arturo de 6 años, es mi gran amigo, lo amo mucho, jugamos a muchas cosas, almohadazos, luchitas, todo lo que podemos después de cumplir con su obligación que es jugar, es la única regla de la casa para César.

Igual que mi papá y yo, él es un ajedrecista apasionado, a mi me enseñaron a los cuatro años y ahora juego con mi hijo.

En la prepa del Chamizal participé en la Olimpiada a nivel nacional por equipos y logramos un Cuarto Lugar.

Tenemos una integrante más de la familia que se llama Laira, es una perra raza Pitbull, que lleva siete años con nosotros y es excelente compañera, nada más que no se tope un gato porque le sale lo Pantera.

Además de croquetas se alimenta con palomas que caza dejándoles de su alimento en el suelo para que bajen y luego se les pone la emboscada.

¿Cómo se convirtió activista social?

Creo que entré a esta actividad de manera accidental, me dedicaba entonces a la casa y al trabajo, entrenaba boxeo, me mantenía alejado de la política y hasta de cualquier participación social.

Como profesional si hacía labores de apoyo a la gente con pacientes de escasos recursos en el Hospital General o en el Centro Médico, y cuando comencé a trabajar en el Hospital Ángeles fue que estalló la violencia en Juárez por el año 2009.

Empezaron con las extorsiones telefónicas, siguieron con los secuestros y se llegó al cobro de derecho de piso.

Decidí tomar a mi hija y vivir en Canadá, todavía no me había vuelto a casar, conseguí trabajo allá pero cuando pasó la primera semana reflexioné y pensé que no había tomado la mejor decisión.

Supe que México, Chihuahua y Ciudad Juárez me habían dado todo lo que yo era, me habían educado, me habían dado empleo, que no podía abandonar a mis amigos a mis maestros a los familiares a mis pacientes y a tanta gente que no podía irse de la frontera.

Tampoco quería que mi hija viera que en lugar de enfrentar los problemas había huido de la sociedad a la que pertenecíamos.

Estuvimos de acuerdo en volver y le dije que debíamos hacer algo a favor de la sociedad, porque intentar algo era mejor que no intentarlo.

Así fue que organizamos el Comité Médico Ciudadano junto con otros profesionales de la salud, como el psicólogo Hugo Almada, los doctores: Leticia Chavarría, Eduardo Guereque y Miguel García.

Empezamos a dar conferencias sobre secuestro y extorsión con la finalidad de disipar un poco el miedo y generar unión.

Decíamos que era un problema de seres humanos y que todos los problemas de las personas se resuelven con un encuentro, desde los de pareja, los de amistad, los de vecinos, de comunidad o de ciudad.

Que lo mismo sucedía con la violencia que vivíamos y era la conclusión de las pláticas, por lo que empezamos a generar una plataforma, una Red Social donde se nos daba información de muchas cosas.

Pusimos al servicio de la gente un teléfono que contestarían médicos anónimos y a pesar de que éramos seis, generamos mucha confianza porque además de conversar los poníamos en contacto con las autoridades que estaban trabajando contra este tipo de delitos.

Nos volvimos intermediarios entre los afectados y las autoridades y formamos una base de confianza que con el apoyo de otros grupos como Inteligencia Ciudadana y las mismas autoridades, lo ayudó a disolver bandas de secuestradores y de extorsionadores.

Recuerdo que organizamos dos marchas muy importantes, la primera en noviembre de 2008 que fue la del Comité Médico Ciudadano, estuvimos en el Asta Bandera, todos cubiertos y con uniformes quirúrgicos para denunciar lo que estaba ocurriendo a la sociedad.

Y un año más tarde, en noviembre de 2009, donde encabezamos la marcha a la que se nos fueron integrando otras organizaciones sociales que protestaban por lo mismo que nosotros.

Ya no era el Comité Médico Ciudadano, eran muchos grupos de juarenses, maestros y estudiantes de las universidades, grupos religiosos y sentados en mesas de trabajo estudiamos los fenómenos de Palermo en Italia, el Caso Colombia, para tratar de encontrarle una solución a lo que sucedía en Juárez.

Alcanzamos propuestas muy concretas a la marcha que no era contra el entonces alcalde José Reyes Ferriz, sino que era un llamado de atención para invitar al presidente Felipe Calderón, a nuestra Frontera.

Queríamos un encuentro con la primera autoridad del país para resolver la situación de secuestros y extorsiones de los doctores.

Hablamos de mejorar las condiciones de las policías que en aquel entonces trabajaban en desventaja muy clara contra los grupos delincuenciales.

No habíamos volteado a verlos nunca hasta que nos estalló la violencia y empezamos a apoyarlos, supinos que no tenían seguros de vida, armas adecuadas, capacitaciones necesarias, y muchas cosas más.

Propusimos una policía de investigación más eficiente, que se detuviera la puerta giratoria y que se identificaran los automóviles de procedencia extranjera.

Todos los homicidios y secuestros o el 99 por ciento de ellos se cometían en automotores sin placas, propusimos que no se metieran solamente a los adictos a la cárcel sino a los delincuentes de cuello blanco.

Pasó el suceso desafortunado de Salvarcar, ya nos habían dicho que el presidente Calderón vendría a Juárez, pero sucedió aquella masacre y fue cuando el Ejecutivo Federal hizo el comentario desafortunado que enardeció a la sociedad.

Vino un 10 de febrero de 2010 y por primera vez en la historia, sino de  México, sí de Chihuahua estado y de Ciudad Juárez, todo el Gabinete Federal se presentó en nuestra frontera a unos metros de distancia de la gente y sin protocolos.

El Gobierno Federal supo en voz de la ciudadanía lo que estaba padeciendo, recuerdo el presidente que pasó a Salvarcar a dar las condolencias y a dar una disculpa.

Cuando llegó a la manifestación se disculpó diciendo que se había tardado dos horas por haber acudido a dar el pésame y nosotros le dijimos que más bien se había tardado dos años en atender nuestro llamado.

Eso quedó grabado para la posteridad de cómo vivimos aquella época de inseguridad y se ganó la intervención bien organizada de las autoridades que permitió reducir los indicadores delictivos.

Luego en otra mesa de encuentro propusimos a las autoridades de los tres niveles nuestra colaboración como sociedad para darles a conocer denuncias anónimas que nos llegaban de los afectados y se lograron abatir los delitos.

Llegamos de ser la ciudad más insegura del mundo a tener indicadores de homicidios por debajo de lo imaginado.

Esto fue una contribución de muchas personas, cada quien puso de su parte y podemos decir que lo logramos.

¿Le gustaría una carrera política?

Estoy en el sector salud oficial también por accidente, dado que cuando terminamos con el Comité Médico Ciudadano, me dedique de nuevo a mi profesión.

De pronto el gobernador Javier Corral me invitó a participar en la Secretaría de Salud en la Zona Norte y nos tocó ser voceros estatales respecto a esta contingencia de Coronavirus.

No me gusta la política, mi única aspiración es la de resolver y sacar adelante a la entidad en esta situación de salud.

Volviendo a mi afición por el boxeo, mis amigos dicen que parece que cabeceo para el lado del trancazo, ya que de estar en la asociación contra la inseguridad, entré a salud pensando que estaría más tranquilo y nada que enfrentamos el mayor reto sanitario de la historia de la humanidad con lo del COVID-19.

Estamos aplicados en conseguir la tecnología y los insumos necesarios para encontrar las mejores opciones, esto ha sido nuestro trabajo desde que sale el sol, hasta que se mete, eso es lo que ocupa como para pensar en otra cosa.

Tengo más aspiraciones quirúrgicas y de familia que de cualquier otra cosa ya que me absorbe todo el tiempo la situación que estamos pasando.

¿Qué es la Fase Tres?

Es la etapa que define el Doctor López Gatell, como la fase en la que quedarán saturados todos los servicios médicos, donde la crisis de contagios es más fuerte.

Si sobrepasamos la capacidad de atención, por lo general el índice de letalidad de la epidemia tendrá que subir, por eso es que se insiste tanto en que la sociedad entienda que también su colaboración es fundamental.

*En la medida en que se queden en su casa, evitarían la saturación de los servicios de salud, por eso tenemos la esperanza puesta en la sociedad.

¿Para cuánto tiempo más?

*Pensamos que se va a llegar a lo más alto en dos semanas, y posiblemente duremos todo un mes en una condición muy difícil.

Poco a poco veremos el descenso de los casos, Europa es uno de los ejemplos donde podemos observar que luego de un mes empezaron a descender la curva de contagios y decesos.

Esto nos hace suponer que nosotros también vamos a pasar por un tiempo difícil semejante a ellos, dos semanas para estar en la etapa crítica y luego otras cuatro para empezar a ver la luz al final del túnel.

*Todavía esto va para largo, hay que conservar las fuerzas, no debemos cansarnos, no rendirnos, no desmoralizarnos y al contrario, entre más oscuro se vea el panorama, más debe brillar la luz de la esperanza.

*Seremos el ejemplo para las generaciones que nos sigan y por eso debemos recordar que cada decisión o cada acción que hagamos debe ser la mejor

El participar en las conferencias de prensa diarias es un acompañamiento muy importante que sirve para que la población se sienta respaldada por sus autoridades y tengan cercanía de parte de las instituciones de salud.

*No hay vacuna para la enfermedad, están trabajando en ello, nosotros hablamos sobre los ventiladores, los hospitales que estarán a disposición de la gente para que de primera mano y de buena fuente cuenten con la información.

Nuestro trabajo cada día es buscar el bien común y no alarmar a la gente con noticias falsas, debemos insistir en que debemos enarbolar la antorcha de la esperanza.

¿Estaremos en condiciones similares a Nueva York o Italia?

*Muy posiblemente alcancemos niveles como esos, pero todo está en quedarnos en casa, todo dependerá de que se hayan seguido esas medidas, y de no salir a menos de que sea indispensable, en fin tratando de dispersar el virus en nuestra comunidad lo más lento posible.

Solamente  así podemos lograr que el acceso a la salud pueda ser paulatino y no todo en un solo momento, lo que causaría un caos y elevaría la mortalidad.

¿Cómo le gustaría cerrar esta conversación?

 Mandándole un abrazo a cada persona que lea esta información…

La anécdota

Tengo una niña encantadora de mi primer matrimonio que se llama Lucía con quien tengo y he tenido una relación hermosa debido a que fui padre soltero, tuvimos mucho tiempo para convivir y crear fuertes vínculos.

Por cierto en aquel entonces yo buscaba guardería dado que trabajaba en el Hospital General en el área de cirugía, era el tiempo crítico de la violencia en Ciudad Juárez y mi hija usaba porta bebé.

Entonces, fui a una estancia infantil, tenía derecho, ¿no?, y me dijeron que no podían cuidar a mi hija por el hecho de que yo era un hombre.

Me tocó vivir inequidad de género como padre de familia soltero y tuve cargar con mi criatura, llevarla conmigo al trabajo y atenderla en mismísimo quirófano.


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