¿Por qué hacemos trampa? Verdades sobre las trampas

La profesora estadounidense, Mia Consalvo, describe en su libro “Hacer trampa”, una idea llamada capital del juego. Ser bueno en el juego aporta prestigio social en un determinado grupo. Los buenos jugadores quieren mantener su estatus y ser buscados como expertos.

Lo interesante es que, los mejores jugadores sienten la necesidad de hacer trampa más que los peores jugadores ya que les da miedo perder, “existe este conocimiento que se obtiene al jugar en profundidad un juego en particular”, comenta la autora.

La mayoría piensa que, al hacer trampa, mantienen un estatus alto y entre más trampa hagas y menos te descubran, más inteligente eres. Esto puede deberse a que la pérdida que sienten las personas al no ganar es demasiado real y/o grave.

La idea de hacer trampa para mantener el estatus es interesante pero a decir verdad, puede causarte muchos problemas ya que muchos piensan que está mal y que es una mala decisión al ser un movimiento fuera de las reglas.

Cuando se juega solo, las trampas pueden reparar los estados de ánimo, aliviar el estrés y satisfacer necesidades psicológicas, así que no es tan malo hacer trampa, pero allí es cuando debes de tratar de diferenciar lo que está bien y lo que está mal.