La imposición oficial del autoritarismo: Myriam Hernández por marrazo

Hernández Acosta aseveró que la reforma constitucional que condujo a la elección popular de jueces, ministros y magistrados ha pretendido, desde la presentación de la iniciativa en el Congreso de la Unión, no acabar con la corrupción en el sistema de impartición de justicia, sino tomar control de las instituciones y, como resultado, instaurar un nuevo régimen, el régimen de la Cuarta Transformación.

«No resta más que externarles mi tristeza por lo que acaba de pasar, por la imposición oficial del autoritarismo en nuestro país, por la muerte de la democracia. Ayer acabaron de sepultar al último pilar, la última institución. Pero, bueno, nos toca remar contra corriente y seguir defendiendo nuestra patria hasta la medida de nuestras posibilidades», puntualizó.

Al igual que la gobernadora Maru Campos Galván, hizo énfasis en que el Proceso registró baja participación ciudadana en los 67 municipios de Chihuahua, con énfasis respecto a las elecciones de otros años. Criticó, asimismo, las múltiples incidencias —125, según el último reporte— que ocurrieron en las casillas seccionales instaladas en la entidad federativa. Incidencias que pretendían influenciar la intención de voto.

Dijo: «Esta reforma siempre se basó y está basada en una mentira. No tiene un asidero jurídico, ni fáctico. Siempre se basó en la mentira. […] Sabíamos que iba a haber poca participación, por las incidencias y las chapuzitas electorales que toda la vida hemos conocido y que toda la vida criticaron de los viejos partidos. Las aplicó en su esplendor el partido en el poder. Y no sólo en el Estado; vimos incidencias por toda la República».

Hernández Acosta hizo un llamado a las candidaturas para que ejerzan con responsabilidad el cargo para el que resulten electos, ya sean los 44 del Poder Judicial de la Federación o los 305 del Poder Judicial del Estado de Chihuahua —270 corresponden a Juzgados de Primera Instancia y Menores, 30 a magistraturas para el Tribunal Superior de Justicia y 5 a magistraturas para el Tribual de Disciplina Judicial.

«No resta más que pensar en que ojalá entiendan el tamaño de la encomienda, de la responsabilidad; que algunos, al menos, ya empiecen a visitar el oficio y lo conozcan. Porque hay gente que ni siquiera conocemos y que ni al oficio conocen. Entonces que empiecen a estudiar y a prepararse, porque no es un cargo político; es un es un cargo que requiere estudios», concluyó.