¿Quién fue Felipe Ángeles? Genio de Villa y la División del Norte

Felipe de Jesús Ángeles Ramírez fue general y político de la Revolución Mexicana, tuvo destacada participación como estratega de la División del Norte al lado de Pancho Villa.
Por: Redacción 24 Abril 2019 18:21
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció este miércoles 24 de abril que el nuevo aeropuerto de México en Santa Lucía llevará el nombre de ‘General Felipe Ángeles’.
Felipe Ángeles nació en Zacualtipán, estado de Hidalgo. Fue hijo del coronel Felipe Ángeles Melo, coronel que combatió contra la invasión estadounidense de 1857 y la invasión francesa de 1862.
Nuevo aeropuerto de México con sabor a Chihuahua; iniciará el luneshttps://t.co/oOFe9uKzpZ pic.twitter.com/XuB8pUcEbn
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Su vida.
- Ángeles Ramírez ingresó al Colegio Militar a los 14 años gracias a beca que concedió Porfirio Díaz por los servicios de su padre. Era inteligente y sobresalió como brillante en la generación de Victoriano Huerta y Rafael Eguía Lis. Logró altas calificaciones en la teoría pero aún así tenía vocación de soldado activo; quería estar en la batalla.
- Se casó en 1896 con Clara Krause, tuvo cinco hijos. Hizo estudios en Estados Unidos en artillería. De hecho fue apodado como “El Gran Artillero”.
- Supervisó en Francia el armamento que adquirió el Gobierno de México, para luego ascender.
- En 1912 fue director del Colegio Militar en el gobierno de Francisco I. Madero luego del inicio de la Revolución, pero se involucró en ella cuando llegó a Chihuahua.
Genio de la División del Norte.
Según información del INAH que cita a historiadores múltiples, Felipe Ángeles “llegó a Chihuahua justo a tiempo para participar en la mayor operación militar que se había librado en la Revolución hasta ese momento: la batalla o batallas que, por el dominio de la Comarca Lagunera, enfrentó a la División del Norte contra fuerzas federales del gobierno del general Victoriano Huerta, entre el 20 de marzo y el 10 de abril de 1914”.
Ángeles fue jefe de la Brigada de Artillería de la División del Norte, aunque su calidad de estratega militar le convirtió en pieza clave para el general Francisco Villa.
La batalla de Zacatecas, triunfo clave para los Dorados de Villa, “representa el cenit de la carrera militar de Ángeles”, menciona Pedro Salmerón Sanginés en su artículo “Ángeles Villista”.
Villa movilizaba todas las fuerzas disponibles en 1914 desde Torreón con Ángeles y con Tomás Urbina como avanzadas para conocer el terreno y diseñar la batalla.
Llegó el 22 de junio del 1914. Ambos generales de Villa se atribuyeron mutuamente el diseño del plan en Zacatecas, aunque los historiadores mencionan que el mérito era realmente de Felipe Ángeles.
Con la caída de Zacatecas veían pronta la caída de Huerta. Ángeles fue parte de la Convención de Aguascalientes, donde los villistas lo proponían como candidato a la Presidencia, pero sería Zapata el presidente, luego de que la División del Norte y el Ejército Libertador del Sur zapatista tomaron Ciudad de México.
Villa y Ángeles se distanciaron luego de que el primero cometió “el error irreparable de no atender el consejo de Ángeles en el sentido de lanzar toda la fuerza de la División del Norte contra Veracruz, sede del gobierno de Carranza”.
“¿Por qué Pancho no lo hizo? La respuesta de los historiadores a esta pregunta se ha convertido en uno de los mitos más poderosos sobre la Revolución”, menciona, donde destaca el autor de la publicación la falta de visión de Estado.
Ángeles explicó una vez: “Oigo lo que me dice, mi general; pero considere que esos peligros menores desaparecerán en cuanto pase el grande peligro que Carranza representa. Aquellos jefes son como sombreros colgados de un perchero, que es Venustiano Carranza, y aconseja el buen uso de nuestros elementos no ir descolgando uno a uno los sombreros, mi general, sino quitar el perchero, para que de esa forma todos los dichos sombreros se caigan”.
El general Ángeles lanzó la proclama “Plan de Río Florido” para atacar al -ya entonces- presidente Venustiano Carranza en 1918, pero fracasó. Fue arrestado y sentenciado a la pena capital.
Lo fusilaron en Chihuahua, cuna de la División del Norte de la cual era el cerebro estratégico, el 26 de noviembre de 1919.
En testamento político dijo: “Mi muerte hará más bien a la causa democrática que todas las gestiones de mi vida. La sangre de los mártires fecundiza las buenas causas”.
Frase con la que le recuerdan históricamente en Hidalgo es: “Por qué temerle a la muerte, si no le temo a la vida”.